martes, 20 de julio de 2010

¿Quién se acuerda hoy de Haití?

Antes del terremoto, el pueblo haitiano nunca nos ha importado nada. Sólo nos acordamos de ellos cuando sucedió una catástrofe natural. Pero ahora que ya se han cumplido seis meses desde entonces, volvemos a mirar a otro lado.

Haití es un país condenado a sufrir: ha sido, y es, un país sometido durante casi toda su existencia a los colonialismos y a toda clase de penurias. De hecho, ya antes del seísmo, Haití era uno de los países más pobres del planeta.

Descubierto en 1492 por Colón, durante siglos estuvo constantemente transitada por piratas franceses hasta acabar siendo ocupada por Francia. Haití proclamó su Independencia en 1804, y fue el primero en lograrlo entre todos los países de América Latina y el Caribe. Quisieron ser libres pero el precio fue y sigue siendo muy alto. Se sucedieron gobiernos de diferentes facciones, pero sin firmeza. Hasta que en 1914 fueron invadidos de nuevo, esta vez por el imperio yankie. Cuando en 1934 se retiraron las ratas ocupantes, les sucedió un gobierno fiel a éstas ratas. Y después, desde 1957 hasta 1986 en el que fueron derrocados por una revuelta popular, Haití fue sometida a la cruel y corrupta dictadura de los Duvalier (Papa Doc y Baby Doc, junto a sus secuaces los “Tontons Macoutes”).
En 1990, el sacerdote católico Jean-Bertrand Aristide fue elegido presidente con el 67% de los votos en los primeros comicios libres desde la independencia en 1804. Pasado un año fue derrocado por el general Raúl Cedrás y EEUU, aprovechando este golpe de estado y su situación como superpotencia y ama del mundo, procedió a invadir en septiembre de 1994 para deponer a Cedrás y restablecer en el poder a Aristide, quien se encontraba asilado en Norteamérica. Este regresó con el compromiso de seguir las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, FMI, y no atizar la lucha de clases. De allí en adelante se le dio vía libre al decálogo neoliberal, políticas que se acentuaron bajo la posterior administración de René Préval, elegido en 1996. Hasta la fecha de enero de 2010, el gobierno haitiano ha sido llevada por títeres de EEUU. (Recomiendo "La maldición blanca" de E.Galeano).

El 12 de julio se cumplieron seis meses del terremoto que devastó Haití y en el que murieron 300.000 personas. El mundo pareció unirse en el compromiso de ayudar a los haitianos a reconstruir su país (aunque más bien se debería decir empezar de cero, construir un país nuevo). Sin embargo, hoy ya nadie se acuerda de ellos, ya no son portadas de la prensa.
Casi 2 millones de personas siguen malviviendo al aire libre o en campamentos en condiciones de extrema precariedad, sin medicinas, sin agua, sin electricidad y sin poder resguardarse de las lluvias y huracanes que amenazan esta temporada al país caribeño. Hambre, epidemias y violaciones a niños y mujeres son los terrores a los que se enfrentan diariamente.

“Los haitianos están enfadados y se preguntan a dónde fueron a parar los millones de dólares donados inmediatamente después del terremoto. La organización Disaster Accountability Project descubrió que de las 197 organizaciones que pidieron dinero luego del terremoto, tan solo seis han puesto a disposición informes públicos que detallan sus actividades.

La comunidad donante internacional, integrada por los países más ricos, comprometió más de 9 mil millones de dólares, pero hasta la fecha tan solo Brasil, Noruega y Australia pagaron la totalidad de la cifra que prometieron. Gran parte de los 1.150 millones de dólares prometidos por Estados Unidos están demorados en el Congreso.

Según el Washington Post, hasta el momento solamente se ha entregado el 2 por ciento de la ayuda prometida para la reconstrucción. La temporada de huracanes acecha Haití, y millones de personas cuentan con que todos nosotros cumplamos nuestras promesas.”  (Amy Goodman)

Además hay que añadir un nuevo y gran problema: los enfrentamientos por las tierras, comunes en toda la historia de esclavitud, ocupación y agitación de Haití, que no han ayudado para nada a la recuperación del país.

“El gobierno, que ya era débil antes del terremoto de magnitud 7, está intentado construir en nuevos lugares como Corail-Cesselesse, una franja de tierra casi vacía que empieza a unos 15 kilómetros (nueve millas) al norte de la capital. El esfuerzo se ha visto paralizado por la desorganización, las rivalidades y los acuerdos privados realizados a escondidas.

Múltiples familias reivindican ser dueñas de casi cada pedazo de construcción. Un funcionario encargado de reconstrucción ya ha sido forzado a dimitir por desviar un proyecto público hacia el terreno privado de su empresa en Corail-Cesselesse.
Los dueños ricos de terrenos aseguran que el "nuevo Haití" se convertirá de nuevo en otra barriada pobre si el gobierno no reconstruye siguiendo sus pautas.
Y la gente sin techo se encuentra en medio de la controversia, intentando arrebatar un pedazo de terreno a los matones contratados para expulsarlos. Incluso enfrentando machetes." (vocero.com)

Y ahora muchxs nos preguntamos:¿quién se va a encargar de poner en pie a Haití? ¿La misma misión internacional que lleva años tutelando el país sin reducir la miseria, la violencia y la corrupción? ¿El FMI, que hoy promete millones, y que durante décadas impuso allí sus brutales recetas de ajuste? ¿Estados Unidos, que tanto ha contribuido a hundirlo?

¡Lxs haitianxs necesitan ayuda ya!



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